viernes, 22 de mayo de 2009

******* BIENVENIDOS********

ESTE ES UN PEQUEÑO ESPACIO DONDE USTEDES PODRAN ESNCONTRAR
UN POCO SOBRE LA VIDA Y LAS OBRAS SOBRE:
RUBEN DARIO
SOLO ESPERO QUE LES GUSTE Y QUE LO PUEDAN DISFRUTAR. LES DOY MIS MAS SINCERAS GRACIAS POR VISITAR EST ESPACIO
DECEO QUE SEA DE SU AGRADO
Rubén Darío. (1867 - 1916)


Eran días de Diciembre de 1866. Una carreta había salido de León, con dos mujeres, Josefa Sarmiento y su joven sobrina Rosa Sarmiento de García Darío. E l viaje era para motivos de comercio, mientras la sobrina esperaba el nacimiento de su primer hijo. Aires de Navidad harían frió a los caminos, y Rosa, muy pensativa, soñaba con Belén, el pueblecito donde nació el Mesías. Rosa había dejado la gran ciudad, León, iba a esperar a su propio niño en otro pueblo pintoresco: Metapa. Que paz, como la paz de que habla el Evangelio como señal del nacimiento divino.
¿Qué clase de niño era que iba a nacer en días pascuales? Félix Rubén García-Sarmiento conocido como Rubén Darío, nació el 18 de enero en Metapa, Nicaragua pero su familia se mudó a León un mes después de su nacimiento.
A la edad de doce años Rubén Darío publico sus primos poemas "La Fe", "Una Lagrima" y "El Desengaño".


En 1882 cuando Rubén tenía solamente quince años se presento antes del Presidente Joaquín Zavala. Preguntó al Presidente si el pudiera ir a estudiar en Europa. Pero Darío le preguntó este después de haberle presentado un poema muy en contra de su patria y la religión de su patria. Después de haber oído este poema el Presidente le dio; una respuesta muy única a Rubén Darío.
Le dijo, " ¿Hijo mío, si así escribes ahora contra la religión de tus padres y de tu patria, que será si te vas a Europa a aprender cosas peores?”. Y por esto Darío no fue a Europa. Después se casó con Rosario Murillo, y se mudaron a El Salvador donde encontré a Francisco Gavidia. Gavidia le presentó la poesía Castileña.

En 1883, volvió a Nicaragua. Rubén Darío tenía muchos trabajos en su vida, pero una cosa que puede ser probablemente la más importante es que Darío es considerado el padre del modernismo.El modernismo es un movimiento muy importante en la historia de la literatura española. El Modernismo fue hecho por el simbolismo de los franceses y la escuela parnasiana. Pero mucho más viene de los franceses porque el modernismo es muy espontáneo, pero mucho del modernismo viene de los clásicos españoles también.


Rubén Darío participó con, o fue el líder de, muchos movimientos literarios en Chile, España, Argentina, y Nicaragua. El movimiento modernista era una recopilación de tres movimientos de Europa: romanticismo, simbolismo, y el parnasianismo. Estas ideas expresan pasión, arte visual, y armonías y ritmos como música. Darío fue un genio de este movimiento. Su estilo es exótico y muy colorado. Sus poemas especialmente contienen todos estos sentimientos. En su poema "Canción de Otoño en Primavera." hay mucha evidencia de pasión y emociones fuertes.


Pronto muchos literarios comenzaron a usar su estilo en una forma muy elegante, y cuidadosa, usando su estilo y sus palabras para hacer música con la poesía. Su talento fue reconocido y por eso empezó a escribir más y mejor. Luego, viajó a España donde sucumbió a mucha influencia de Europa,una influencia muy liberal. Sus ideas nuevas fueron reflejadas en su poesía de romanticismo y amor. En 1888 publicó la primera recopilación de sus poemas que se llama Epístolas y poemas (1885) y después vino Azul que es recordado por su "simbolismo y sus imágenes exóticas"(Microsoft Encarta).

Otras obras famosas de Rubén Darío son Prosas Profanas y Otros Poemas (1892), Los raros (1896), y Cantos de Vida y Esperanza (1905). Probablemente, el poema más famoso de Rubén Darío es "Canción de Otoño en Primavera." Sus sentimientos son expresados en toda su literatura. Rubén Darío es considerado ser el poeta más importante que escribió en español afuera de la España y es fácilmente unos de los personajesmás reverenciados en Nicaragua.

EVOLUCIÓN

La evolución poética de Rubén Darío está jalonada por la publicación de los libros en los que la crítica ha reconocido sus obras fundamentales: Azul... (1888), Prosas profanas y otros poemas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905).
Antes de Azul... Darío escribió tres libros y gran número de poemas sueltos, que constituyen lo que se ha dado en denominar su "prehistoria literaria". Los libros son Epístolas y poemas (escrito en 1885, pero no publicado hasta 1888, con el título de Primeras notas), Rimas (1887) y Abrojos (1887). En la primera de estas obras es patente la huella de sus lecturas de clásicos españoles, así como la impronta de Víctor Hugo. La métrica es clásica (décimas, romances, estancias, tercetos encadenados, en versos predominantemente heptasílabos, octosílabos y endecasílabos) y el tono predominantemente romántico. Las epístolas, de influencia neoclásica, van dirigidas a autores como Ricardo Contreras, Juan Montalvo, Emilio Ferrari y Víctor Hugo.
En Abrojos, publicado ya en Chile, la influencia más acusada es la del español Ramón de Campoamor.[13] En cuanto a Rimas, publicado también en Chile y en el mismo año, fue escrito para un concurso de composiciones a imitación de las Rimas de Bécquer, por lo que no es extraño que su tono intimista sea muy similar al de las composiciones del poeta sevillano. Consta de solo catorce poemas, de tono amoroso, cuyos procedimientos expresivos (estrofas de pie quebrado, anáforas, antítesis, etc.) son característicamente becquerianos.[14]
Azul... (1888), considerado el libro inaugural del Modernismo hispanoamericano, recoge tanto relatos en prosa como poemas, cuya variedad métrica llamó la atención de la crítica. Presenta ya algunas preocupaciones características de Darío, como la expresión de su insatisfacción ante la sociedad burguesa (véase, por ejemplo, el relato "El rey burgués"). En 1890 vio la luz una segunda edición del libro, aumentada con nuevos textos, entre los cuales una serie de sonetos en alejandrinos.
La etapa de plenitud del Modernismo y de la obra poética dariana la marca el libro Prosas profanas y otros poemas, colección de poemas en las que la presencia de lo erótico es más importante, y del que no está ausente la preocupación por temas esotéricos (como en el largo poema "Coloquio de los centauros"). En este libro está ya toda la imaginería exótica propia de la poética dariana: la Francia del siglo XVIII, la Italia y la España medievales, la mitología griega, etc.
En 1905, Darío publicó Cantos de vida y esperanza, que anuncia una línea más intimista y reflexiva dentro de su producción, sin renunciar a los temas que se han convertido en señas de identidad del Modernismo. Al mismo tiempo, aparece en su obra la poesía cívica, con poemas como "A Roosevelt", una línea que se acentuará en El canto errante (1907) y en Canto a la Argentina y otros poemas (1914). El sesgo intimista de su obra se acentúa, en cambio, en Poema del otoño y otros poemas (1910), en que se muestra una sencillez formal sorprendente en su obra.
No todos los poemas de Darío fueron recogidos en libros en vida del poeta. Muchos de ellos, aparecidos únicamente en publicaciones periódicas, fueron recopilados después de su muerte.

RECURSOS FORMALES

MÉTRICA

Darío hizo suyo el lema de su admirado Paúl Verlaine: "De la musique avant toute chose". Para él, como para todos los modernistas, la poesía era, ante todo, música. De ahí que concediese una enorme importancia al ritmo. Su obra supuso una auténtica revolución en la métrica castellana. Junto a los metros tradicionales basados en el octosílabo y el endecasílabo, Darío empleó profusamente versos apenas empleados con anterioridad, o ya en desuso, como el eneasílabo, el dodecasílabo y el alejandrino, enriqueciendo la poesía en lengua castellana con nuevas posibilidades rítmicas.
Aunque existen ejemplos anteriores de utilización del verso alejandrino en la poesía castellana del siglo XIX, el hallazgo de Darío consistió en liberar este verso de la rígida correspondencia hasta entonces existente entre la estructura sintáctica del verso y su división métrica en dos hemistiquios, recurriendo a varios tipos de encabalgamiento. En los poemas de Darío, la cesura entre los dos hemistiquios se encuentra a veces entre un artículo y un nombre, entre este último y el adjetivo que lo acompaña, o incluso en el interior de una misma palabra.[15] Darío adaptó este verso a estrofas y poemas estróficos para las que tradicionalmente se empleaba el endecasílabo, tales como el cuarteto, el sexteto y el soneto.
Probó también a adaptar los ritmos propios de la poesía latina, basados en la cantidad vocálica (distinción entre vocales largas y breves) a la métrica castellana, utilizando para ello la distinción entre sílabas tónicas y átonas. Una muestra de estos experimentos con el ritmo puede verse en el verso inicial de su poema "Salutación del optimista", en el que el ritmo es tónica-átona-átona:

LÉXICO
Darío destaca por la renovación del lenguaje poético, visible en el léxico utilizado en sus poemas. Gran parte del vocabulario poético de Rubén Darío está encaminado a la creación de efectos exotistas. Destacan campos semánticos que connotan refinamiento, como el de las flores ("jazmines", "nelumbos", "dalias", "crisantemos", "lotos", "magnolias", etc.), el de las piedras preciosas ("ágata", "rubí", "topacio", "esmeralda", "diamante", "gema"), el de los materiales de lujo ("seda", "porcelana", "mármol" "armiño", "alabastro"), el de los animales exóticos ("cisne", "pape mores", "bulbules"[16] , o el de la música ("lira", "violonchelo", "clave", "arpegio", etc.). Con frecuencia se encuentran en su obra cultismos procedentes del latín o del griego ("canéfora", "liróforo", "hipsipila"), e incluso neologismos creados por el propio autor ("canallocracia", "pitagorizar"). Recurre con frecuencia a personajes y elementos propios de la mitología griega y latina (Afrodita o Venus, muchas veces designada por sus epítetos "Anadiomena" o "Cipris", Pan, Orfeo, Apolo, Pegaso, etc.), y a nombres de lugares exóticos (Hircania, Ormuz, etc.).

FIGURAS RETÓRICAS
Una de las figuras retóricas clave en la obra de Darío es la sinestesia, mediante la cual se logra asociar sensaciones propias de distintos sentidos: especialmente la vista (la pintura) y el oído (la música).
En relación con la pintura, hay en la poesía de Darío un gran interés por el color: el efecto cromático se logra no solo mediante la adjetivación, a menudo inusual (para el color blanco, por ejemplo, se utilizan adjetivos como "albo", "ebúrneo", "cándido", "lilial" e incluso "eucarístico"), sino mediante la comparación con objetos de este color. En el poema "Blasón", por ejemplo, la blancura del cisne se le compara sucesivamente a la del lino, la rosa blanca, el cordero y el armiño. Uno de los mejores ejemplos de este interés de Darío por lograr efectos cromáticos es su Sinfonía en Gris Mayor, incluida en Prosas profanas:
El mar como un vasto cristal azogadorefleja la lámina de un cielo de zinc;lejanas bandadas de pájaros manchanel fondo bruñido de pálido gris
Lo musical está presente, aparte de en el ritmo del poema y en el léxico, en numerosas imágenes:
El teclado harmónico de su risa fina Los líricos cristalesde tu reír

CANTO DE ESPERANZA



Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.


Un soplo milenario trae amagos de peste.


Se asesinan los hombres en el extremo Este.




¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?


Se han sabido presagios, y prodigios se han visto


y parece inminente el retorno del Cristo.




La tierra está preñada de dolor tan profundo


que el soñador, imperial meditabundo,


sufre con las angustias del corazón del mundo.

Verdugos de ideales afligieron la tierra,


en un pozo de sombras la humanidad se encierra


con los rudos molosos del odio y de la guerra.




¡OH, Señor Jesucristo!, ¿por qué tardas, qué esperas


para tender tu mano de luz sobre las fieras


y hacer brillar al sol tus divinas banderas?




Surge de pronto y vierte la esencia de la vida


sobre tanta alma loca, triste o empedernida,


que, amante de tinieblas, tu dulce aurora olvida.




Ven, Señor, para hacer la gloria de ti mismo,


ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,


ven a traer amor y paz sobre el abismo.




Y tu caballo blanco, que miró al visionario,


pase. Y suene el divino clarín extraordinario.


Mi corazón será brasa de tu incensario.


LOS CISNES


¿Qué signo haces, OH Cisne, con tu encorvado cuello

al paso de los tristes y errantes soñadores?

¿Por qué tan silencioso de ser blanco y ser bello,

tiránicos a las aguas e impasible a las flores?

Yo te saludo ahora como en

versos latinos

te saludara antaño Publio Ovidio Nasón.


Los mismos ruiseñores cantan los mismos trinos,

y en diferentes lenguas es la misma canción.





A vosotros mi lengua no debe ser extraña.

A Gracilazo visteis, acaso, alguna vez...

Soy un hijo de América, soy un nieto de España...

Quevedo pudo hablaros en verso en Aranjuez....





Cisnes, los abanicos de vuestras alas frescas

den a las frentes pálidas sus caricias más puras

y alejen vuestras blancas figuras pintorescas

de nuestras mentes tristes las ideas obscuras.




Brumas septentrionales nos llenan de tristezas,

se mueren nuestras rosas, se agostan nuestras palmas,

casi no hay ilusiones para nuestras cabezas,

y somos los mendigos de nuestras pobres almas.





Nos predican la guerra con águilas feroces,

gerifaltes de antaño revienen a los puños,

mas no brillan las glorias de las antiguas hoces,

ni hay Rodrigos ni Jaimes, ni han Alfonsos ni Nuños.

Faltos del alimento que dan las grandes cosas,

¿qué haremos los poetas sino buscar tus lagos?

A falta de laureles son muy dulces las rosas,

y a falta de victorias busquemos los halagos.




La América Española como la España entera

fija está en el Oriente de su fatal destino;

yo interrogo a la Esfinge que el porvenir espera

con la interrogación de tu cuello divino.




¿Seremos entregados a los bárbaros fieros?

¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?

¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros?

¿Callaremos ahora para llorar después?




He lanzado mi grito, Cisnes, entre vosotros,

que habéis sido los fieles en la desilusión,

mientras siento una fuga de americanos potros

y el estertor postrero de un caduco león......




Y un Cisne negro dijo: "La noche anuncia el día".

Y uno blanco: "¡La aurora es inmortal, la aurora

es inmortal!" ¡OH tierras de sol y de armonía,

aun guarda la Esperanza la caja de Pandora!

OBRAS

La Pluma Azul (Edición 154)
Ø Sor Filomena (153)
Ø El año que viene siempre es azul (152)
Ø Cuento de Pascua (151)
Ø La leyenda de San Martín (150)
Ø Voz de Lejos (149)
Ø Morbo et Umbra (148)
Ø Betún y Sangre (147)
Ø Mi Tia Rosa (146)
Ø El Humo de la Pipa (145)
Ø El Sátiro Sordo (144)
http://www.los-poetas.com/a/dario.htm
http://www.poemas-del-alma.com/ruben-dario.htm http://es.wikipedia.org/wiki/Rubén_Darío
http://www.euram.com.ni/pverdes/Verdes_Culturales/Autores/Ruben_Dario/Cuento/listado_de_obras_RDario.htm